«Tú me diste estás emociones, pero no me dijiste como usarlas»
Frankenstein
Ayer ya entrada la noche, llovieron las preguntas, esas que te sacuden…
¿Cuántas veces al día te quejas?
Me quede pensando, gracias a Dios no me pedían respuesta, por lo menos no inmediata, el objetivo era hacernos reflexionar. Nos quejamos de todo, piénsalo, desde que te levantas en la mañana con ese quejido de «aaaaaaaay» al estarnos estirando, cuando te sientas, al pararte, esas solo son las veces, que no decimos oraciones completas, sino solo achaques del físico.
¿Será acaso una costumbre que tenemos? , ¿Lo escuchamos de niños tantas veces en nuestros adultos, cuándo nos llevaban a jugar? O ¿Es una creencia aprendida? Aún no lo tengo claro.
Hay una técnica en la cual te pones una pulsera en la mano y cada vez que te quejes de algo, la cambias de mano, así comienzas a hacer conciencia de las veces que «No estas conforme con algo que pasa» … Suena tentador ¿No?
¿De qué nos serviría esto? En mi experiencia personal en poder identificar que nuestras 24 horas de el día, pasamos más de la mitad en plena quejumbre, eso no es saludable, no es bueno para el alma, ni para el cuerpo.
Inicie esta charla contigo con una frase del libro de Frankenstein aprovechando que estamos en el mes de octubre, los tomaremos como referencia, solo por hacerlo temático.
El buen Frank le preguntaba a su creador que hacía con eso que sentía, no le dio el instructivo. Muchas veces me siento igual, no sé qué hacer con lo que hay, pero no por ello dejo de creer que estoy aquí para hacer algo diferente, no solo para quejarme.
La invitación de hoy, es reflexionar cuantas veces nos quejamos y cuál es el motivo de esa queja, puedes cambiarlo ? Como lo vimos en el post anterior, hay cosas que no están en nuestras manos, en nuestro control y aún así, nos pesa… como esa lluvia de la mañana antes de llegar a trabajar.
Que te parece ponerte atención ? Te gusta el reto ?
Ruth Valencia
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